La Eucaristía para personas mayores y enfermos comenzará a partir de las 19:00 horas en la parroquia de Santa María. Una hora y media antes empezará a desplegarse el equipo de voluntarios de la Pastoral de la Salud, apoyado por los vehículos adaptados de Cruz de Roja y del Centro de Mayores.
La Parroquia de Santa María acogerá este próximo viernes 29 de agosto la 40ª edición de la Caravana Blanca, a partir de las 19:00 horas. Un año más se espera una masiva participación de personas mayores y enfermos, tantos de aquellos que viven en las residencias y necesitan una ayuda para desplazarse como de los que acercan por sus propios medios.
La iniciativa, que arrancó en Ciudad Real en la década de los 60 de la mano del entonces capellán del hospital provincial José Ballesteros, se fue extendiendo a más municipios de la provincia a través de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, que también organiza peregrinaciones anuales al santuario de la Virgen de Lourdes en Francia.
En Daimiel está organización se integra en la Pastoral de la Salud que se organiza de manera interparroquial y que tiene en esta Caravana Blanca uno de los momentos más especiales del año, como destacaba Lola Martín-Portugués.
Integrante de la pastoral y voluntaria de la cita, adelantaba que la logística del evento requiere de un amplio y complejo dispositivo. Los preparativos comienzan a las 17:30 horas y, a partir de ese momento, ya se empieza a coordinar la recogida de los participantes.
Un despliegue en el que Cruz Roja, destacaba Martín-Portugués, juega un papel crucial, asegurando la disponibilidad de transporte adaptado. Para ello se pone en contacto con otras asambleas provinciales, solicitando los medios que se estimen necesarios. Este año, por ejemplo, se contará con dos vehículos de Cruz Roja y la furgoneta del Centro de Mayores, cedida para la actividad.
Junto a estos medios materiales también se necesita “un gran número de voluntarios” que ayuda en el trasladado de las residencias y después en la acogida y la colocación de los asistentes en la parroquia. Aunque la cifra exacta no está cerrada, se espera la participación “de unos 20 o 25 mayores” por residencia, también desde la de Vicente Aranda y de otros muchos particulares que acuden desde sus hogares.
“La iglesia suele llenarse y se les da un lugar preferencial, retirando los bancos de las primeras filas”. Eso también permite que estén cerca de la Virgen de las Cruces, a la que, en muchos casos, solo ven esta vez durante todo el año, al igual que a “amigos y amigas que están otras residencias”, indicaba.
Tras la Eucaristía, la jornada continuará con un aperitivo y un rato de convivencia en el Parterre. En los últimos años, este momento se ha endulzado con chocolate con churros, una iniciativa que ha sido muy bien recibida por los mayores.
Por último, Martín-Portugués agradecía de antemano la colaboración de los voluntarios y voluntarias que hacen posible esta Caravana Blanca, y la del Ayuntamiento de Daimiel que se suma a la iniciativa facilitando las mesas y las sillas para el ágape.
