Un estudiante de doctorado de la Universidad de Alicante (UA), José David Balseca Cisneros, ha logrado un hito importante en la astronomía al descubrir dos nuevos cuerpos celestes ubicados más allá de la órbita de Saturno. El hallazgo ha sido confirmado por el Minor Planet Center, la entidad internacional encargada del registro de los pequeños cuerpos de nuestro sistema solar.
El descubrimiento se enmarca en la tesis doctoral de Balseca Cisneros en el programa de Física Aplicada a las Ciencias y las Tecnologías. Su investigación se centra en la búsqueda de objetos en la periferia del sistema solar y está codirigida por los profesores e investigadores Adriano Campo Bagatin y Paula Benavidez Lozano.
Una técnica de búsqueda innovadora
El descubrimiento ha sido posible gracias a una técnica de búsqueda innovadora creada por el propio estudiante. El método combina observaciones astronómicas de diferentes noches, lo que le ha permitido identificar objetos que habían pasado desapercibidos para otros programas de rastreo.
Según explicó el doctorando, uno de los cuerpos, bautizado como 2020 TZ114, es un «objeto transneptuniano» de aproximadamente 400 kilómetros de tamaño, localizado en las cercanías de Plutón. El segundo objeto, denominado 2022 BO71, es aún más notable. Con menos de 100 kilómetros de tamaño, se clasifica como un «Centauro», un tipo de cuerpo poco común que orbita entre Júpiter y Neptuno. Hasta la fecha, solo se conocen unos pocos centenares de estos objetos.
Un aporte fundamental para la ciencia
El profesor Campo Bagatin enfatizó la importancia de este hallazgo. «Cualquier descubrimiento de nuevos objetos es un granito de arena más para la ciencia», afirmó.
El equipo de Ciencias Planetarias del Grupo de Astronomía y Astrofísica de la UA tiene como objetivo principal «buscar grandes objetos expulsados durante la formación del sistema solar y que ahora podrían orbitar al Sol a más del doble de la distancia de Plutón», explicó Campo Bagatin.
Lo que hace este descubrimiento particularmente interesante, señaló el investigador, es que los nuevos cuerpos no fueron hallados a través de los métodos de rastreo habituales con telescopios. «Se han descubierto con un algoritmo que busca objetos lejanos comparando imágenes de noches distintas, que es una técnica raramente utilizada», concluyó.