Las nuevas observaciones ofrecen información clave para las operaciones de la misión espacial Hayabusa2 de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA)
Por primera vez, en 2031, una nave visitará un objeto del sistema solar de un tamaño tan reducido
Este objeto próximo a la Tierra es el objetivo de la misión extendida Hayabusa2 de la Agencia Espacial Japonesa (JAXA) para el año 2031. Las nuevas observaciones ofrecen información clave para las operaciones a seis años del encuentro de la nave espacial japonesa con 1998 KY26.
«Hemos descubierto que la realidad de 1998 KY26 es completamente diferente a lo que se sabía con anterioridad», declara el astrónomo Toni Santana-Ros, investigador del Departamento de Física, Ingeniería de Sistemas y Teoría de la Señal de la Universidad de Alicante (UA), quien dirige el estudio publicado hoy en Nature Communications.
«El menor tamaño y la rotación más rápida que hemos medido ahora harán que la visita de Hayabusa2 sea aún más interesante y desafiante», indica el coautor del artículo, Olivier Hainaut, astrónomo de ESO en Alemania. Esto se debe a que la maniobra de contacto, en la que la nave espacial «besa» el asteroide, será más difícil de realizar de lo previsto.

Primera vez con pequeños asteroides
1998 KY26 es el objetivo final de la nave espacial Hayabusa2 de la JAXA. En su misión original, Hayabusa2 exploró en 2018 el asteroide 162173 Ryugu, de 900 metros de diámetro, y regresó a la Tierra en 2020 con muestras. Con el combustible restante en la nave espacial, se puso en marcha la misión extendida hasta 2031, año en el que se encontrará con 1998 KY26. Será la primera vez que una misión espacial se encuentre con un asteroide de estas dimensiones: “todas las misiones anteriores han visitado objetos con diámetros de cientos o incluso miles de metros”, indican los astrónomos.
Santana-Ros y su equipo han observado a 1998 KY26 desde tierra para apoyar la preparación de la misión. Debido a que es muy pequeño y, por lo tanto, muy débil, estudiarlo ha requerido esperar un encuentro cercano con la Tierra y usar grandes telescopios como el Gran Telescopio de Canarias (GTC), el VLT deESOy el Gemini South, ambos situados en Chile.
Las observaciones muestran que el objeto tiene una superficie brillante y probablemente se trate de un trozo sólido de roca, que puede haberse originado de un pedazo de un planeta o de otro cuerpo celeste rocoso. Sin embargo, el equipo no ha descartado por completo la posibilidad de que esté formado por montones de escombros que se adhieren libremente. «Nunca hemos visto un asteroide de diez metros de tamaño in situ, por lo que realmente no sabemos qué esperar ni qué aspecto tendrá», declara el investigador de la UA que también está afiliado a la Universitat de Barcelona.

Un paso más en la exploración de objetos cercanos a la Tierra
«Lo interesante de esta historia es que hemos descubierto que su tamaño es comparable a la dimensión de la nave espacial que lo visitará. Además, hemos podido caracterizar un cuerpo tan pequeño usando nuestros telescopios, lo que significa que, en el futuro, podemos hacerlo con otros», destaca Santana-Ros. «Estos métodos podrían tener un impacto en los planes para la futura exploración de objetos cercanos a la Tierra o incluso en la minería de asteroides», añade.
«Ahora sabemos que podemos caracterizar incluso los asteroides peligrosos menores que podrían impactar en la Tierra, como el que cayó en 2013 cerca de Chelyabinsk, en Rusia, y que era ligeramente más grande que KY26», concluye Hainaut.
El equipo de trabajo de este estudio está compuesto por astrónomos y astrónomas de centros de investigación, observatorios y universidades de Alicante, Barcelona, Canarias, Reino Unido, Polonia, Finlandia, Alemania, Estados Unidos, Italia, Hawái y Chile.
Referencia:«Hayabusa2 mission target 1998 KY26 preview: decametre size, high albedo and rotating twice for fast«,Nature Communications(2025). Doi: 10.1038/s41467-025-63697-4