Contar con la presencia de figuras como la que entrevistamos hoy en AL HABLA CON… es un privilegio que enriquece profundamente este espacio. Conversamos con un Eldense de nacimiento, pero afincado en Alicante desde hace ya muchos años y con el que vamos a poder aprender y descubrir mucho de la educación en nuestros días. Hablamos con Ignacio Aracama Poveda, maestro de inglés en el Colegio Inmaculada-Jesuitas de Alicante.
Pregunta: Ignacio, ¿Qué te motivó a convertirte en maestro?
Respuesta: Pues fue algo no premeditado, que no estaba en mis planes en un principio. Pensaba dedicarme al mundo de la publicidad y de las relaciones públicas, de hecho, comencé a estudiar la carrera en Madrid. Pero no fue bien y, antes de ir de un lado para otro, me detuve a pensar qué es lo que me gustaba y me hacía feliz. Toda mi vida he estado en un grupo scout tanto como chaval como monitor y, al parar y pensar, me di cuenta que lo que más me llenaba era educar. Y así acabé siendo maestro.
P: ¿Cómo ha cambiado la enseñanza desde que comenzaste a dar clases?
R: Entiendo por donde vas, pero voy a decirte que, para mí, cada curso es diferente y cambia respecto al anterior. Me dedico a una profesión viva ya que cada año los alumnos son completamente diferentes, con lo que no vale lo que has hecho hasta ahora. Este es uno de los aspectos más bonitos y motivantes de este trabajo.
En cuanto a los medios, sí que ha habido un gran cambio, siempre para mejor, aunque la esencia es la relación entre el maestro y su grupo.
P: ¿Cuál considera que es el mayor desafío de ser maestro hoy en día?
R: Las familias, sin duda. El mayor cambio que se ha producido en este campo han sido las familias, puesto que la sociedad ha virado hacia un rumbo muy diferente. El buenismo y la falta de límites, la dejación de funciones por parte de algunos padres, las inseguridades que conllevan la educación y la crianza de los hijos, y la desconfianza de todo, incluido el colegio, hace que el trato con las familias y convencerlos para que se sumen al proyecto que tiene el colegio es el tema que más quebraderos de cabeza da. Pero es muy bonito cuando lo logras porque la confianza es total.
P: ¿Qué estrategias utilizas para mantener motivados a tus estudiantes?
R: Hablarles con claridad y que sepan de antemano lo que vamos a hacer. A día de hoy, imparto clase en una tutoría de 4.º de primaria y, en mi colegio, es el primer año que tienen un dispositivo electrónico cada uno de ellos. Si fuera por mis alumnos, sólo estarían haciendo presentaciones o haciendo actividades interactivas. Pero como esa no es la realidad y en clase hay de todo, les anunciamos lo que vamos a hacer para que lo sepan y cambien sus expectativas. Después, hay que mirarles a cada uno de manera individual, hacerles sentir que cuentas con ellos y transmitirles que cada uno es muy importante para ti. A los niños, como a los adultos, nos encanta no ser invisibles y notar que contamos para otros.

P: ¿Hay algún estudiante o experiencia que haya marcado tu carrera?
R: En casi 25 años te podrás imaginar que he visto prácticamente de todo. Recuerdo con mucho cariño a los que venían con algún tipo de etiqueta y logras que la superen y saquen a la luz lo bueno que tienen dentro. Seguramente no los vea en sus años de colegio, pero la semilla está ahí, sembrada; y al cabo del tiempo, a veces te los vuelves a encontrar y te das cuenta de todo lo que ha brotado.
P: ¿Cómo integras la tecnología en tus clases?
R: Como te he comentado, en el curso que imparto, los alumnos tienen un dispositivo para cada uno, con lo que se abre un campo inmenso de oportunidades para trabajar aspectos que sin la tecnología sería mucho más difícil. Te pongo el ejemplo de las exposiciones orales; los niños empiezan a crear sus presentaciones para hablar en público sobre algún tema concreto y desde el inicio hasta final de curso, la mejoría es tremenda y el soporte tecnológico les ayuda mucho.
P: ¿Qué papel consideras que debe tener la familia en la educación?
R: Siempre les decimos en las reuniones que tenemos que ser como un matrimonio, que tenemos que llevarnos bien a la fuerza porque no nos vamos a separar. Es decir, durante los meses que va a durar el curso, la confianza y el diálogo debe ser completo; podremos discutir en privado, pero esa imagen nunca se la daremos a los alumnos ya que sólo llevaría al fracaso. Es muy de agradecer que como está la sociedad ahora mismo, las familias nos dejen lo más importante que tienen en sus casas, que son sus hijos, durante tantas horas. Pero los padres deben ser consecuentes y educar y criar, ya que esa función no la puede hacer el colegio.
P: ¿Qué valores intentas transmitir a tus alumnos además de los contenidos académicos?
R: La coherencia y el respeto: actuar y hacer tal y como dices. Si todas las personas fuéramos así, estoy convencido que nuestro mundo, nuestra sociedad sería muy diferente a lo que es hoy en día.
P: ¿Qué consejo le darías a alguien que está pensando en ser maestro?
R: Que se lo piensen muy bien y que sepan si es vocacional o no. En este sector, nunca te vas a hacer rico, pero sí que vas a poder poner tus valores en muchos niños que serán adultos en un futuro, y eso, es una gran responsabilidad. Si esta profesión no te encanta todos los días, si piensas más en las vacaciones que en empezar el curso, creo que te has equivocado. Es el trabajo más bonito del mundo y, si lo piensas de una forma egoísta, vas a ser una persona afortunada que va a vivir muchos más años que el resto pues tus alumnos te van a recordar toda la vida.
P: ¿Cómo te gustaría que te recordaran tus alumnos?
R: Que fui justo en mis actuaciones y que muchos quisieran ser maestros por los recuerdos que tuvieran de mí.
P: Para terminar… ¿Algo más que quieres añadir y que se haya quedado en el tintero?
R: Pues animar a aquellos que estén estudiando el grado ahora mismo a que recuerden a los profesores que más les marcaron para seguir su ejemplo e intentar lograr lo mismo con sus futuros alumnos.











