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Los corresponsales de la calle del boca a oreja
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La radio se puso de nuevo a prueba en esta jornada a oscuras, dando luz al oído para contar la vida como suena
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Las miradas y los gestos transmitían más que las palabras
- Hasta el contacto físico de las personas se convirtió en “medio de comunicación”
Ayer vivimos una jornada histórica sin precedentes en nuestro país por el apagón eléctrico masivo que sufrimos. Esta circunstancia nos puso a prueba a todos: familia, trabajadores y ciudadanos en general. Los medios de comunicación se pusieron a prueba en una jornada de incomunicación general por la falta de energía para que la maquinaria informativa continuara su misión.
El experto en comunicación social de la Fundación Economía y Salud, Julio García Gómez, valora la transmisión ciudadana en un día muy complicada en que los medios realizaron una labor especial para mantener informados a los ciudadanos. “Las palabras y los gestos transmitieron entre las personas más que las palabras”.
Ante la incertidumbre, en las horas cercanas al mediodía, la ciudadanía tomó el mando informativo del país con el boca a oreja que se iba transmitiendo por la imposibilidad de funcionamiento de móviles y pantallas en general, en ausencia de internet. Los medios audiovisuales se fueron a negro en los hogares ante la imposibilidad de conectar el televisor por falta de energía eléctrica, excepto la radio, esa caja mágica que ayer nos mantuvo al día de lo que estaba ocurriendo en las pequeñas radios a pilas.
La calle fue el medio de comunicación por excelencia. La gente se asomó a los portales en las ciudades, a las plazas y callejones en los pueblos y cada cual dio su versión de los hechos. Independientemente de las barbaridades que se pudieron oír, nos convertimos en corresponsales de la información. Los grupos de personas que circulaban por las vías a pie, a la puerta de oficinas y centros de trabajo comentaban dónde les había pillado, qué sabían, cuánto duraría el corte. El tráfico y las personas se mezclaron para dar paso unos a otros y poder moverse ante el caos.
Las miradas, los rostros, manifestaban incertidumbre y los grupos de personas se movían de un lado para otro para buscar el medio de llegar a casa. El contacto personal de unos y otros, roces de codos y pies al caminar, dieron muestra de cómo hasta el contacto físico de las personas en estas circunstancias es un “medio de comunicación” para transmitir que todos nos podemos unir ante circunstancias adversas.
El poder informativo de la radio, luz al oído para contar la vida como suena
Una vez más la radio fue la gran protagonista de la jornada. Una radio de toda la vida, analógica, a pilas, era capaz de sostener el vínculo de los profesionales de las cadenas con los ciudadanos a través del “transistor”. En casa no era posible conectar la televisión y muchas personas fueron a su coche a escuchar por la radio qué pasaba y cuándo llegaría la luz. Las pilas convencionales se agotaron en algunos establecimientos.
Es extraordinario el esfuerzo informativo de los profesionales de la radio que supieron transmitir calma y tranquilidad a los oyentes. La radio se puso de nuevo a prueba en esta jornada a oscuras, dando luz al oído para contar la vida como suena.