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El Vaticano aislará a los cardenales en el cónclave, requisando sus móviles y con apagón de la red móvil
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El simbolismo y las expresiones gestuales tomarán valor en una deliberación y votación del más alto secreto
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La estrategia de comunicación del Vaticano marca unas normas muy estrictas para la neutralidad de la elección
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Claves del cónclave: de las expresiones gestuales a la miradas y lenguaje no verbal. Tradición, ceremonial y ritual
- La expresión del “habemus papam” determina la comunicación al exterior
El experto en estrategias de comunicación de la Fundación Economía y Salud, Julio García Gómez, descifra las claves del cónclave centradas en blindar las deliberaciones para nombrar al sucesor del papa Francisco.
Los 133 cardenales electores se encerrarán para deliberar desde este miércoles en la Capilla Sixtina con el más absoluto secreto bajo juramento sin poder comunicarse con personas ajenas a la reunión. La incomunicación tomará protagonismo para dar el fruto de la comunicación con la elección del nuevo papa.
Fumata negra o fumata blanca y símbolos del cónclave en la elección del regidor de la Iglesia Católica
Son diversos los símbolos y distintivos que forman parte del ceremonial de la celebración del cónclave. Entre ellos está el mecanismo de voto en que los cardenales anotan en una papeleta, en secreto y con caligrafía neutra, el nombre del próximo papa. Luego doblan bien el papel y lo sostienen con la mano en alto cuando se acercan a la urna.
La fumata negra indica que no ha habido acuerdo en la elección de un nuevo papa durante el cónclave, mientras que la blanca muestra la elección de un nuevo sumo pontífice. Esta tradición y ritual proviene de siglos de historia y se mantiene a lo largo de los años como una tradición para la elección del nuevo regidor de los destinos de la Iglesia.
Qué elementos de lenguaje no verbal intervienen en el cónclave
Las miradas, los gestos, y el lenguaje emocional forman parte de esta votación secreta, en que ante el ceremonial que se se impone, cada cardenal pronuncia las siguientes palabras: Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido. Coloca el voto en el plato y con éste lo mete en la urna. Se inclina ante al altar y vuelve a su sitio.
La forma en que cada cardenal muestra su satisfacción, duda o recelo por lo que los demás voten, mide el grado de consenso o la elección. Miradas comunes de complicidad creciente o desacuerdo vendrán reflejadas en la forma en que el rictus de cada uno de los intervinientes se muestre en la votación.
Uno de los momentos culminantes en que la voz del camarlengo -cardenal especial temporal de transición- tome fuerza en la expresión, será cuando pronuncie el determinante “habemus papam”. Varios prelados prestarán voz y rostro a la ceremonia como fedatarios de un momento histórico sin fronteras.
Este cónclave será una vez más la ceremonia de la gestualidad, del cruce de miradas y expresiones ante la complicidad de elegir al nuevo pastor de la Iglesia Católica.