La localidad de Daimiel se ha volcado un año más en el regreso de su patrona, la Virgen de las Cruces, a su santuario. Multitud de vecinos acompañaron a la imagen en un recorrido de 12 kilómetros tras intensos días de celebraciones en su honor. La jornada culminó con la entrada de la imagen en el santuario, donde permanecerá hasta la próxima primavera.
Un fin de semana de despedida
Los actos, organizados por la Hermandad de Nuestra Señora de las Cruces, comenzaron el sábado con la elaboración de una espectacular alfombra de sal tintada en la entrada del santuario, realizada por voluntarios. Por la tarde, tras una misa de despedida en la iglesia de Santa María, la imagen fue trasladada en procesión hasta la ermita del Cristo de la Luz, donde pasó la noche.
El domingo, la jornada de regreso al santuario se inició a las 06:30 horas con una misa en la ermita, seguida del traslado a las 07:30 horas. Cientos de personas de todas las edades, a pie y en bicicleta, acompañaron a la patrona en su recorrido, en el que participaron 14 relevos de cuatro personas.
Incidencia y fervor popular
Durante el trayecto, se produjo la caída accidental de la imagen. Afortunadamente, y a expensas de la evaluación oficial, todo apunta a que la imagen de «La Morenita» no sufrió daños de consideración, y los mozos que la portaban resultaron ilesos. La procesión se reanudó rápidamente, siendo recibida en el último tramo por la Banda Municipal de Música y una gran multitud de devotos.
A su llegada al santuario, el trono de la Virgen fue recibido con vítores, aplausos y el himno en su honor, interpretado por la Banda Municipal. Entre las autoridades presentes se encontraba el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, acompañado por otros miembros de la corporación municipal.
Novedades y actos religiosos
Como novedad en el programa de este año, la Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura ofreció un concierto a las 10:30 horas en el santuario, un evento que se celebró por primera vez en su historia.
La jornada también incluyó una solemne función religiosa presidida por el párroco de la iglesia de Santa María, Valentín Sánchez-Rojas. En la ceremonia participaron el joven seminarista daimieleño Raúl Madrid y el Coro Interparroquial de Daimiel.
Los actos del día se completaron con un concierto de la Banda Municipal de Música y la actuación del grupo musical Hombres Afortunados, poniendo el broche final a unas celebraciones que culminaron por la noche con las oraciones marianas de despedida en la iglesia del santuario.
