El “luto” de Nicolas Sarkozy para entrar en prisión

• Análisis de expresión gestual a la salida de su domicilio para ir a la cárcel por asociación ilícita en un caso de financiación con dinero libio

• Las manos de ambos se funden como el hierro candente

• Las claves de expresión no verbal están también presentes en su boca fruncida, que es un gesto que generalmente indica desaprobación

• La clave del beso de despedida

El primer exjefe del Estado francés que ingresa en la cárcel  ha realizado un paseíllo cargado de seriedad y luto que se ha manifestado a través de un rostro compungido, con la mirada perdida, cabizbajo, con la fuerza de Carla Bruni, su mujer, que le ha apoyado física y gestualmente en estos momentos difíciles. La entereza de Carla ha estado presente en esta situación tras la salida de casa.

El luto está presente en la pareja desde el rostro hasta la vestimenta. En este caso Carla envuelta en tejido textil negro, y Sarkozy como en un funeral con la corbata negra, camisa blanca y chaleco negro. Sus mandíbulas aprietan fuertemente el dolor por el instante que está viviendo y la mirada se pierde entre los ciudadanos que han ido a acompañar el expresidente.

Las manos de ambos se funden como el hierro candente

Lo más destacado de la pareja está en cómo se aprietan las manos ambos y descargan su intensidad y tensión. Las manos están fundidas como el hierro candente, entrelazadas con pasión para vivir juntos el trance de la mejor manera posible.

Los ojos de los dos manifiestan dolor y tristeza. El compungido rostro de Sarkozy queda enmarcado por las cejas elevadas como una microexpresión de gran dolor. Aún así tiene fuerza para saludar con la mano y una leve sonrisa a las personas que saludan en la calle al matrimonio.

La frustración en su boca fruncida

Las claves de expresión no verbal están también presentes en su boca fruncida, que es un gesto que generalmente indica desaprobación, tristeza suma, descontento, frustración y tensión no controlada. Se trata de una reacción incontrolable ante una situación que no resulta agradable a la persona, funcionando como una clara señal de desacuerdo o malestar y como manifestación emocional determinante.

Esa tensión queda atenuada cuando Nicolas, pone su mano en el pecho, cerca del corazón, para descargar los nervios, y lo más significativo desde la perspectiva del lenguaje no verbal es un beso de despedida de la pareja con abrazo, en que el rostro de Carla transmite todo su vigor y fortaleza al de Sarkozy.