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La bahía de Alicante se despidió un año más de su gran cita con la vela durante la ceremonia de entrega de trofeos del Tabarca Vela Diputación de Alicante, una regata ya emblemática en el calendario náutico nacional.
Bajo un cielo que alternó el azul mediterráneo con la brisa templada del verano, la entrega de premios puso el broche final a varias jornadas de emoción, estrategia y auténtico compañerismo entre tripulaciones venidas de distintos puntos del país.
El acto, celebrado en las instalaciones del Real Club de Regatas de Alicante, reunió a deportistas, armadores, jueces, organizadores y autoridades en un ambiente festivo, pero también cargado de simbolismo. No solo se premiaron a los ganadores en cada una de las clases participantes, sino que se celebró el verdadero sentido de esta regata: la pasión por el mar, el esfuerzo compartido y el respeto mutuo entre rivales.
Pez de Abril (ORC 1), Ebury (ORC 2), Inmobiliaria Leo Playa (ORC 3), Enewtec (ORC 4), North Face (ORC 5/E) y Dorsia (Go out Consulting) son los nuevos campeones
La entrega de trofeos sirvió para homenajear a aquellos que, con técnica y temple, lograron subir al podio tras tres intensos días de competición. Pero también hubo palabras y aplausos para los que no lo lograron, porque en una regata como el Tabarca Vela cada embarcación es parte del espectáculo, del reto y del relato compartido.
“Aquí ganamos todos”, resumía uno de los armadores veteranos, “porque la experiencia de navegar frente a la isla de Tabarca, con estas condiciones y esta organización, es el mejor premio que podemos llevarnos a casa”.
Desde la Junta Directiva se subraya la importancia de mantener vivo el espíritu de la regata: la competitividad sana, la búsqueda de la excelencia y el aprendizaje mutuo. Cada año debutan nuevos equipos, otros repiten. Pero todos aportan algo al Tabarca Vela.
La edición de este año ha vuelto a consolidarse como una de las citas más importantes del Mediterráneo español, tanto por la calidad de los equipos como por el marco incomparable de la bahía alicantina y la silueta de la isla de Tabarca, que da nombre a la regata y añade un componente simbólico único.
Como es habitual, el acto finalizó con una invitación a volver el próximo año, con la promesa de seguir navegando juntos, cada uno desde su puerto, pero unidos por una misma pasión: la vela como forma de vida, de superación y de encuentro.