Germán Ribera y su sueño de «Un Jardín en la Barrera», el proyecto ganador de un Auditorio para Biar

La localidad de Biar se prepara para dar un paso fundamental en su desarrollo cultural con la elección del proyecto que definirá su futuro Auditorio. El ganador no es otro que Germán Ribera Marín, un joven arquitecto oriundo de Biar, cuyo talento y visión han conquistado al jurado del concurso.

 

 

En esta entrevista, Ribera Marín comparte los detalles de su propuesta, que busca integrar el nuevo espacio escénico en la trama urbana del municipio, respetando la tradición local y proyectando una imagen de modernidad. Este hito no solo asegura a Biar un espacio cultural de primer nivel, sino que también subraya el potencial creativo que reside en su propia juventud

Germán Ribera Marín

Arquitecto Superior por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, con formación complementaria en la École Polytechnique Fédérale de Lausanne y máster habilitante en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.

Mi trabajo se distingue por un cuidadoso tratamiento del diseño de detalle como expresión cualitativa de los proyectos, así como por una constante atención al contexto, entendiendo la arquitectura como una oportunidad para construir un entorno habitable y compartido.

Actualmente desarrollo tanto encargos de vivienda privada como proyectos públicos, entre los que destacan la reurbanización de la plaza de Santa Brígida en Valladolid y los nuevos juzgados de Santa Coloma de Farners.

La Entrevista

lo que pretende es recuperar la memoria del antiguo jardín de la casa Ferris

 

«Un jardín en la Barrera» es un nombre muy evocador. ¿Qué historia hay detrás de este título y cómo refleja la esencia de tu propuesta para el auditorio y el centro de asociaciones?

El título refleja la inspiración que origina la propuesta, ya que esta lo que pretende es recuperar la memoria del antiguo jardín de la casa Ferris. La idea de recuperar este jardín como un espacio público conectado con la calle Barrera es la que organiza todo el programa entorno a este nuevo espacio verde recuperado.

El jurado ha destacado la «integración en el entorno». ¿Cómo has logrado que un edificio moderno como un auditorio dialogue con la historia, el paisaje y la arquitectura tradicional de Biar?

Principalmente, porque la propuesta se centra no tanto en el nuevo edificio en sí, sino en el espacio vacío que este deja. La volumetría de la propuesta “da un paso atrás”, limitándose a completar y tapar las medianeras existentes para dejar libre el espacio central de la parcela. Así, el protagonista es el nuevo espacio público, el jardín, por lo que el carácter contemporáneo de la edificación pasa a un segundo plano. No se diseña desde la voluntad de crear un nuevo edificio “icónico” de referencia, sino todo lo contrario, desde el respeto a los edificios históricos del entorno.

 

No se diseña desde la voluntad de crear un nuevo edificio “icónico” de referencia, sino todo lo contrario, desde el respeto a los edificios históricos del entorno.

 

¿De dónde surge la inspiración principal para el diseño? ¿Hay alguna referencia arquitectónica o paisajística de Biar o de otro lugar que haya influido especialmente?

Sobre todo, han sido dos: Por un lado, tenemos el atractivo de esos jardines que se asoman desde lo alto de las tapias en todo el entorno de la calle Torreta y Barrera, que inspiran la idea de poder recuperar el que antes había en esa parcela, pero esta vez para el disfrute de todos los vecinos.

Por el otro lado está la de las fachadas tradicionales de las casas de Biar, caracterizadas por el ritmo ordenado de sus huecos verticales y el espesor de sus muros. Es por eso que se toman como referencia para las fachadas de la propuesta, ahora bien, haciendo una reinterpretación moderna.

La ubicación es la antigua fábrica de Jesmar. ¿Qué desafíos o, por el contrario, qué oportunidades has encontrado al trabajar sobre un espacio con ese pasado industrial tan marcado?

El principal escollo ha sido que se trata de una parcela muy irregular, complicada. Las construcciones industriales que encontramos ahora no se preocuparon en su momento por solucionar correctamente su relación con los vecinos, y por eso encontramos esas feas medianeras y una construcción cerrada sobre sí misma y antipática hacia en entorno. La propuesta pretende ser justo lo contrario, aprender de estos errores para plantear un edificio que se adapte todo lo posible a las construcciones vecinas y genere el mejor encaje urbano para el lugar, regalando al pueblo un nuevo espacio público.

¿Cuáles son los elementos arquitectónicos o funcionales clave del proyecto que crees que lo diferencian de las otras 41 propuestas presentadas?

Muchas de las propuestas presentadas tenían ideas muy interesantes, pero creo que lo que ha marcado la diferencia en la mía es que prioriza integrarse en la trama urbana histórica de Biar, adaptándose a los edificios del entorno y haciendo que el encuentro con ellos sea natural.

Además, más allá del programa previsto en las bases del concurso, el proyecto aporta un nuevo espacio público abierto a todo el pueblo: la plaza-jardín que le da nombre al proyecto.

 

el proyecto aporta un nuevo espacio público abierto a todo el pueblo: la plaza-jardín que le da nombre al proyecto.

 

Eres de Biar. ¿Crees que tu conocimiento íntimo del pueblo ha sido determinante para el enfoque del proyecto?

Creo que sí, el conocimiento en profundidad de un lugar te hace poder entender las dinámicas a las que ha de responder un proyecto más allá de los requisitos estrictamente funcionales del programa. En este caso, al abordar el proyecto no podía dejar de tener en mente por ejemplo la experiencia de haber pasado desfilando tantos años en las fiestas de moros y cristianos por ese tramo de la Barrera, y la conciencia de que fuera como fuera el edificio, tenía que acabar haciendo más agradable y lucido ese tramo. Es solamente una anécdota, pero sí que creo que es representativa de que, al proyectar, de forma natural me imaginaba como iba a encajar la nueva construcción en la vida del pueblo.

¿Qué necesidades culturales o sociales específicas de Biar has intentado abordar o resolver con el diseño del nuevo centro de asociaciones y auditorio?

Una de las ideas fuertes que guiaron el proceso de diseño era la conciencia de que la sala del auditorio, pese a ser el más representativo y de mayor tamaño del programa requerido, es un espacio que únicamente se utilizará en unos días concretos. Por eso he buscado proponer un diseño que aporte a Biar en el día a día, que se convierta gracias a la plaza-jardín en un punto de encuentro más allá de si justo ese día el auditorio está en uso o no, ya que pasa a formar parte de la trama urbana de Biar. La misma redacción de las bases del concurso, hibridando el programa del auditorio con el de centro de asociaciones, ya incidía en ese aspecto.

Imaginemos que el edificio ya está en funcionamiento. ¿Cómo te gustaría ver que los vecinos de Biar y las asociaciones lo utilizan y lo hacen suyo?

Lo que más me gustaría es que realmente el edificio pasara a un segundo plano y que sean las actividades que en él se desarrollen las que tomen el protagonismo. Que las asociaciones que vayan a ocupar sus espacios se apropien del espacio del jardín y extiendan a él sus actividades, para que estén en contacto directo con los vecinos que pasan por la Barrera.

Competir contra 42 propuestas de arquitectos de diversos orígenes es un reto. ¿Cómo viviste el proceso del concurso, desde la concepción de la idea hasta el anuncio del fallo?

Desde el principio tuve claro que tenía que participar en este concurso si o si, ya que era una oportunidad única de poder reflexionar sobre la arquitectura de mi pueblo y poder proponer mi punto de vista sobre cómo intervenir en su entorno construido.

No obstante, imaginaba que sería un concurso al que se presentarían muchas propuestas, ya que resulta muy atractivo diseñar un auditorio, y el contexto tan pintoresco de Biar lo hace todavía más. Por eso al conocer el fallo fue un momento de sorpresa, pero sobre todo de mucha alegría.

¿Qué sientes al saber que tu diseño será el que se materialice y se convertirá en un nuevo hito en el paisaje de tu pueblo natal?

Es todo un orgullo el poder contribuir al desarrollo de Biar y aportar a que este se consiga sin perder con ello la esencia que caracteriza al pueblo.

Has trabajado en colaboración con el Colegio Territorial de Arquitectos. ¿Cómo valoras este formato de concurso público para fomentar la arquitectura de calidad y la transparencia en la elección de proyectos?

Me parece básico que los proyectos públicos se desarrollen de esta forma, ya que es la mejor forma de poder escoger el proyecto óptimo en cada caso. Sobre todo, que en los jurados estén presentes técnicos y arquitectos conocedores de la profesión, como en este caso gracias al Colegio de Arquitectos.

Mirando hacia el futuro, ¿qué significa este premio en tu carrera profesional como arquitecto? ¿Hay otros proyectos o ideas en mente?

Sobre todo, es un gran estímulo para seguir trabajando con ilusión, y además hacerlo en el mejor lugar posible: mi pueblo. Desde hace un tiempo compagino el desarrollo de proyectos públicos —principalmente en Barcelona, donde estudié— con otros encargos privados en Biar, como casas o reformas. Ahora me gustaría que la construcción del auditorio sea una oportunidad para poder seguir trabajando en más proyectos aquí.

Además de la integración, se ha valorado la «viabilidad técnica». ¿Podrías mencionar algún detalle constructivo o de materiales que haga tu proyecto especialmente viable o innovador?

Uno de los valores que se ha intentado dar al proyecto es que su integración en el entorno, asimilándose a las fachadas tradicionales de Biar, no se quede únicamente en su aspecto más superficial, centrándose únicamente en la estética.

Las fachadas de las casas tradicionales tienen esa imagen por los imperativos constructivos de la época, y se ha buscado mantener sus razones constructivas en las fachadas del proyecto. Es por eso que se propone un sistema de fachadas portantes, para que la proporción de sus huecos y su espesor tengan sentido. De forma similar se han abordado los forjados y el acabado de las superficies.

En definitiva, lo que se está proponiendo por coherencia con la imagen del proyecto no es más que el uso de técnicas y materiales tradicionales y bastante corrientes, asegurando así su viabilidad, pues llevan siendo utilizados, con variantes, desde hace mucho tiempo.

El proyecto debe ser sostenible. ¿Qué medidas o estrategias de sostenibilidad has incorporado en «Un jardín en la Barrera»?

En ese sentido se ha propuesto un sistema de construcción de las fachadas con doble hoja de piezas de termoarcilla, lo que permite que, utilizando un material sencillo y común, se obtenga al mismo tiempo un buen aislamiento respecto al exterior a la vez que se aprovechan las ventajas de una fachada con alta inercia térmica. Esto permitirá reducir el consumo de climatización una vez el edificio esté en funcionamiento.

Ahora empieza la fase de desarrollo y construcción. ¿Cuál es la estimación de plazos que crees que se manejan hasta que Biar pueda inaugurar tu nuevo auditorio?

Ahora mismo, el primer paso es que el Ayuntamiento ponga en marcha el proyecto para poder arrancar con el desarrollo del proyecto básico y de ejecución, algo que tengo muchas ganas de empezar. Eso sí, hay plazos administrativos que no dependen de mí y que hacen difícil concretar fechas.

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