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Los agentes del SEPRONA activaron el protocolo de actuación ante el hallazgo de cetáceos avisando a los biólogos de la Universidad de Valencia y el Oceanográfico de Valencia
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Investigar las causas de su muerte es de gran interés para la supervivencia de la especie
La Guardia Civil de Alicante recuperó el pasado 1 de junio el cadáver de un cetáceo hallado a una milla al Sur de la Isla de Tabarca, en Alicante. Una vez trasladado hasta el Puerto de Alicante, los investigadores tomaron muestras de los restos del animal para proceder a su necropsia.
La Patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) que se encontraba de guardia ese día fue requerida por el hallazgo del ejemplar, comprobando que se trataba de un macho de Cachalote (Physeter macrocephalus), de unos 10 metros de longitud, que presentaba cicatrices antiguas en la cabeza, y del que se desconocían las causas de la muerte.
Fue trasladado desde el lugar de su hallazgo hasta las dependencias del Servicio Marítimo en el Puerto de Alicante, donde quedó amarrado por una de sus aletas dorsales para evitar que fuera arrastrado a la deriva por la corriente hasta la llegada de los investigadores. Conforme al protocolo de actuación ante el hallazgo de cetáceos, los agentes avisaron a los biólogos de la Universidad de Valencia y del Oceanográfico de Valencia, que se desplazaron hasta el lugar para tomar muestras del cadáver del animal y poder realizar la necropsia que arroje información sobre las posibles causas de su muerte, que son de interés para la investigación.
El Cachalote es un tipo de cetáceo protegido a nivel nacional e internacional por su importancia ecológica y su vulnerabilidad ya que la población se ve amenazada por las colisiones con embarcaciones, el enredo en artes de pesca, y la contaminación acústica, química y plástica, entre algunos de los problemas a los que se enfrenta esta especie.
Su protección internacional está incluida en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), clasificada como especie Vulnerable por el alto riesgo de extinción en estado silvestre. En el Convenio Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas (CITES) está incluida en el Apéndice I, estando prohibido el comercio internacional de cachalotes así como sus partes (huesos, espermaceti, ambar gris, etc.) con fines lucrativos. Finalmente, en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, está incluida en el Listado de Especies Silvestres, en el que está clasificada en el Régimen de Protección Especial, quedando prohibida su caza, captura, posesión, transporte y comercialización, salvo excepciones estrictamente autorizadas con fines científicos o de conservación.
Existen programas de conservación, que requieren de esfuerzos internacionales coordinados, y que incluyen la regulación de la navegación marítima, la gestión sostenible de la pesca y la reducción de la contaminación marítima. La pérdida de cualquier espécimen representa una reducción de la variabilidad genética, clave para la adaptabilidad futura de esta especie y que significa una merma de la población, por eso, la muerte de un cachalote no es una tragedia natural aislada, sino que es un termómetro biológico. Estar atentos a este mensaje que envía la naturaleza, estudiarlo e interpretarlo correctamente, puede servir para proteger a otros ejemplares. Pero, si se ignora, puede significar mayores pérdidas en un futuro.