Durante demasiado tiempo, el Partido Popular ha confiado en que el desgaste de Pedro Sánchez bastaría para devolverle La Moncloa. Pero el tiempo ha demostrado que la erosión del adversario no sustituye a un proyecto de país. Sánchez no se mantiene por sus aciertos, sino por la habilidad narrativa de su resistencia; el PP, mientras tanto, sigue atrapado en un discurso de indignación que no moviliza a los moderados ni enamora a los desencantados.
Del “anti-Sánchez” al liderazgo nacional
La oposición no gana elecciones: las ganan quienes proponen un horizonte reconocible y esperanzador. El PP necesita pasar de la reacción al liderazgo, de la crítica a la construcción. En lugar de “echar a Sánchez”, el mensaje debe ser “reconstruir España”.
El votante medio no busca revancha, sino orden, eficacia y respeto institucional. La España sensata —mayoritaria pero silenciosa— quiere sentirse representada por una política serena, no por una guerra de gritos.
Cambiar la retórica, ganar autoridad moral
El tono importa. Y mucho.
La crispación, los exabruptos o los memes fáciles solo fortalecen a Sánchez, que se alimenta del conflicto.
El PP debe recuperar la autoridad moral, la idea de decencia pública y sentido de Estado. Feijóo no necesita ser brillante: necesita ser fiable, empático y sereno.
La ciudadanía quiere escuchar menos sobre lo que “otros hacen mal” y más sobre lo que España puede hacer bien.
Programa: menos titulares, más certezas
No bastan las generalidades. El PP tiene que ofrecer certezas sociales concretas:
- Vivienda, como bandera transversal de su programa: suelo público, incentivos a jóvenes y pacto nacional.
- Educación y sanidad, no desde la confrontación, sino desde la mejora real.
- Economía productiva, frente a la política de subsidio y relato.
- Regeneración institucional, con un código ético implacable y la despolitización del poder judicial.
Es ahí donde puede marcar la diferencia: hablar de mérito, igualdad y respeto por las normas, en un país cansado de atajos y privilegios.
Comprender a quién hablar
El electorado clave no está en Vox ni en los votantes fieles: está en los independientes, mujeres urbanas, jóvenes precarizados y profesionales públicos que hoy desconfían de todos.
Para llegar a ellos, el PP debe sustituir la propaganda por la empatía, la consigna por el relato.
Y no basta con spots: hay que volver a las plazas, los mercados, las universidades, los medios locales.
Feijóo: de opositor prudente a presidente posible
Feijóo tiene una virtud —su sensatez— y un problema —su tibieza—. España necesita ver en él determinación sin agresividad, visión sin arrogancia.
Debe renovar su equipo, incorporar voces nuevas, y construir una epopeya civil del sentido común, no un manual de gestión.
El PP ganará cuando Feijóo deje de parecer “el menos malo” y empiece a parecer “el más necesario”.
Recapitulación: volver a creer en España
El PP no derrotará a Sánchez desde el odio, sino desde la esperanza moral.
Su desafío no es ideológico, sino emocional: reencantar a un país cansado.
Dejar de hablar del pasado y ofrecer futuro.
Pasar de “No más mentiras” a “Volvamos a creer en España”.
Solo entonces, la mayoría silenciosa dejará de resistir… y volverá a votar.

Juan Andrés Buedo
(Doctor en Ciencias Políticas y Sociología)



















1 comentario. Dejar nuevo
[…] Lo que el PP Debe Cambiar si de Verdad Quiere Derrotar a Sánchez, el Atril de Juan Andrés Buedo […]