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En discursos anteriores, “Leonor ha realizado un esfuerzo por expresar con firmeza en los Premios Princesa de Asturias”
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Tiene que demostrar ante la sociedad española que está preparada para afrontar un papel protagonista en la Familia Real
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Sus retos este año son la convicción de sus mensajes y la capacidad de persuadir con la imagen y la palabra
La princesa Leonor se enfrenta a nuevos retos en la presente edición de los Premios Princesa de Asturias. Tiene que demostrar ante la sociedad española que está preparada para afrontar un papel protagonista en la Familia Real Española, que sabe controlar su presencia personal y mediática ante la ciudadanía.
El analista de expresión y comunicación, experto en casas reales, Julio García Gómez, describe los objetivos a superar por Leonor este año. Tras la edición 2024 de los premios, destaca que “Leonor ha realizado un esfuerzo por expresar con firmeza en sus anteriores discursos de los Premios Princesa de Asturias y este año tiene que afianzar su capacidad de manejar adecuadamente el lenguaje verbal y gestual”.
En los inicios de mensajes anteriores hay emoción en la voz al dirigirse al público y a los premiados, con cierta fatiga por falta de aire al finalizar las frases, al principio, que se va templando, y gana en firmeza a medida que avanza la alocución, porque en la expresión verbal es necesario mantener un control estricto de la respiración para que fluyan las palabras con facilidad.
Destaca en general su interés por repartir la mirada entre los asistentes para implicarles en la ceremonia. Es buena táctica y estrategia de comunicación en público mirar a los asistentes, a modo de barrido general, para que sientan más suyas las palabras de la conferenciante, y a la vez permita dar seguridad al ponente al fijarse en las personas que muestran caras positivas de aceptación de sus palabras y, en esta situación, la sonrisa emocionada de sus familiares más cercanos, le da fortaleza.
A medida que evolucionan las frases en sus mensajes pasados, Leonor va tomando más seguridad en sus discursos y firmeza porque controla más la respiración y rompe la monotonía de la regularidad en la expresión. Es cuestión de ir ganando dominio en la expresión verbal según avanzan los minutos, para así poder hacer un cierre de discurso lo más brillante posible y obtener la mayor complacencia y los más calurosos aplausos de los asistentes. Regular bien la respiración, pero resulta necesario que fluyan y se proyecten las palabras, además de aportar seguridad a su expresión facial de cercanía, que mantiene habitualmente.
Hay un avance en la expresión verbal de sus últimos discursos, desde el primero pronunciado, por la propia voz que adquiere tonos más graves en los años transcurridos. El cambio de voz en las personas de la niñez, a la adolescencia y juventud siempre pasa por una evolución constante. Suele cambiar entre los 11 y 14 años cuando la laringe se va transformando. Al transcurrir los años la voz se profundiza en un par de tonos según los tramos de edad, y en general, se hace más contundente.
En casos de voces de tono medio, como es el caso de la princesa Leonor en su tramo de edad, sucede así, porque su voz tiene tendencia a tono grave en un futuro. En casos de voces agudas o graves, los cambios pueden ser más profundos.
Destaca habitualmente su dominio del espacio escénico y la capacidad de proyectar su voz. Sus retos este año son la convicción de sus mensajes y la capacidad de persuadir con la imagen y la palabra.




















