Villena ha despedido con una emotiva jornada el curso en el Centro Especializado de Atención a Mayores (CEAM), un espacio donde el aprendizaje, la convivencia y la alegría son los verdaderos pilares. Este año, el centro cierra una etapa más, dejando tras de sí un sinfín de momentos memorables que han fortalecido los lazos entre sus usuarios.
La clausura no fue una despedida, sino un verdadero reencuentro de emociones. Las risas resonaron en cada rincón, evocando las anécdotas compartidas durante meses. Los abrazos se multiplicaron, sellando la amistad y el compañerismo que se respira en el ambiente. Y la satisfacción generalizada se palpaba en el aire: la satisfacción de haber vivido un año repleto de experiencias que han hecho crecer juntos a todos los participantes.
Un Espacio para Aprender y Compartir
El CEAM de Villena va más allá de ser un simple centro de atención; es un punto de encuentro vital donde cada día se convierte en una oportunidad para aprender, compartir y disfrutar. A lo largo del curso, los mayores han participado en una amplia variedad de actividades que no solo han estimulado su mente y cuerpo, sino que también han fomentado la interacción social y el bienestar emocional. Desde talleres de memoria y manualidades hasta clases de gimnasia y charlas culturales, el programa ha sido diseñado para ofrecer un envejecimiento activo y pleno.
Este enfoque integral ha permitido que los usuarios no solo adquieran nuevos conocimientos y habilidades, sino que también refuercen su sentido de comunidad y pertenencia. Las historias de vida se entrelazan, las experiencias se comparten y se crean nuevas amistades que enriquecen el día a día de todos.
La Alegría de lo Vivido y la Ilusión por el Futuro
El ambiente durante la clausura reflejaba la alegría de lo vivido y la ilusión por lo que vendrá. La jornada estuvo marcada por pequeños homenajes, actuaciones improvisadas y, sobre todo, la promesa de reencontrarse en el próximo curso para seguir construyendo juntos este espacio tan especial. El equipo del CEAM, consciente de la importancia de su labor, se siente orgulloso de haber acompañado a sus usuarios en este viaje de crecimiento y bienestar.
En definitiva, el CEAM de Villena se consolida como un referente en la atención a mayores, demostrando que la edad es solo un número cuando se vive con ilusión, aprendizaje continuo y en compañía. La despedida de este curso no es un adiós, sino un «hasta pronto» cargado de optimismo y ganas de seguir compartiendo.
