Desde un gesto de amor imperial hasta símbolo popular, el clavel floreció en la historia y el alma de España
Muchas veces por acostumbrarnos a verlo a menudo pensamos que cosas, gestos, costumbres han estado ahí siempre. Nos hemos acostumbrado a ellos y no nos preguntamos su origen, el porqué de las cosas. Como lo que le voy a contar ahora sobre el clavel, la flor que llegó a España fruto del amor imperial y que, con el tiempo, conquistó a España y los españoles para siempre.
En el vasto jardín de símbolos que definen a un país, pocas flores han enraizado tan profundamente en el alma española como el clavel. No es solo una flor hermosa y de aroma inconfundible, sino que lleva en sus pétalos una historia que mezcla amor, poder, arte y tradición. Sígame, ahora se lo cuento.
Cuenta la tradición que fue el emperador Carlos I de España y V de Alemania quien introdujo el clavel en España traída desde Oriente, cautivado por su color intenso y su fragancia. Sabía de ella por viajeros que venían de aquellas tierras, trajeron sus semillas y le hablaron de sus excelencias. Hizo lo posible para llevarlo a la Corte. Pero no lo hizo como gesto político, sino romántico, como un gesto para sorprender a su amada.
La historia señala que se lo regaló a su esposa, Isabel de Portugal, con quien se casó en 1526, como símbolo de su amor, estaba profundamente enamorado. El clavel, por su forma, su textura delicada y su perfume, le pareció perfecto para expresar su pasión a su querida esposa.
El gesto tuvo eco. A la reina le encantó, y pronto el clavel empezó a poblar los jardines de la Alhambra de Granada, donde la pareja pasó apasionadas temporadas. Desde allí, la flor se extendió a los palacios reales, a los jardines de los de la nobleza y, con el tiempo, al corazón del pueblo. Así nació el vínculo entre el clavel y España.
El clavel fue desde entonces una flor de todos con identidad nacional. En las fiestas populares se convirtió en adorno imprescindible, en las manos de las bailaoras, en las solapas de los trajes de gala, en los altares florales. Simboliza el amor, la pasión, el orgullo y la fuerza, valores profundamente enraizados en el carácter español.
Pero no solo adornó celebraciones. El clavel está presente en los momentos históricos más emotivos del país: en las bodas reales, en manifestaciones culturales, en corridas de toros, en procesiones, …
En España el clavel ha sido la flor más representativa. Y en años recientes, su figura ha dado un paso más allá: se ha incorporado en el diseño de la camiseta de la Selección Española de Fútbol, como guiño al orgullo nacional y al carácter pasional con el que los españoles vivimos el deporte.
El clavel, en este contexto, simboliza fuerza, emoción y pasión por los colores, por la tierra y por el equipo. Es una flor que une pasado y presente, tradición y modernidad.
Más que una flor
Hoy, el clavel sigue siendo la flor de los balcones andaluces, la de las fiestas madrileña,s de los sanfermines, …. Es una flor sencilla pero poderosa. Roja como la sangre que late con fuerza. Blanca como la pureza de los sentimientos más nobles. Rosada como la dulzura de los recuerdos.
Y todo comenzó con un gesto de amor. Un regalo entre un emperador y su reina. Una flor convertida en emblema. Por todo esto, se considera la flor nacional de todos los españoles.
1 comentario. Dejar nuevo
MUY BUEN ARTICULO, PASCUAL COMO SIEMPRE !!