¿Sabe dónde está la Casa de los pelícanos, por qué están allí y que representan? Es cierto, llama la atención encontrarlos en esta fachada tan emblemática de esta ciudad porque por estos lares – tan lejos del mar – no los hay. Pero tampoco en la costa de la provincia de la que forma parte. Entonces, ¿cómo se lo explica? Y, además, están en uno de los edificios más singulares de esta población que es objeto de todas las miradas que pasan por allí.
Deje que se lo cuente todo poco a poco, que las prisas no son nada buenas para nada, y le conteste a las cuestiones antes planteadas.
Estos pelícanos representan una tradición católica. No ponga esa cara de sorpresa, ahora se lo explico. El pelicano es el único animal que se pica el cuerpo a sí mismo para sangrar y alimentar con su sangre a sus crías en caso de necesidad. Por esto son utilizados en la iconografía cristiana “significando la presencia de Cristo” en todas partes, quien da su vida por nosotros para salvarnos del pecado y para que podamos tener vida eterna.
Algo así nos dijo Angel Pavón, guía turístico (además de muchas otras cosas, se sorprendería; le diré una, es enólogo, propietario de la Bodega Ortigosa y comercializa unos vinos escandalosamente buenos y muy premiados) cuando estábamos delante de la llamada Casa del Pavo en Alcoy durante un Press Trip en esta localidad organizada por la Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo. Ya le he desvelado la población donde está este emblemático edificio.
Esta Casa del Pavo muestra con maestría diversos elementos que hacen característica a la arquitectura modernista. Sus adornos florales y de la naturaleza donde no existe la línea recta, las barandillas de sus balcones de hierro forjado que parecen que están en movimiento, la representación de diversos animales que son representativos de este estilo, no sólo el pavo real, también la salamandra (no la llame lagartija o lagarto que se ofende, y con razón). Y esta Casa tiene los tres, pavos, sí en plural, que tiene más de uno; salamandra, así es, al menos hay dos; y los pelícanos. Le invito a que los busque, están a la vista de todos, aunque quizá le cueste encontrar a los protagonistas del título de este escrito.
Le veo sus intenciones de preguntar, no se apure, ahora le resuelvo su inquietud y le doy unos datos de La Casa del Pavo. Se construyó en 1908 por Vicente Pascual Pastor. Es una de las representaciones modernistas más emblemáticas de Alcoy. Albergó el estudio del pintor modernista Fernando Cabrera Cantó. Además de lo que ya le he dicho, destaca en la cúspide un mosaico de cristales.
Permita que le cuente algo más del arte modernista. No le negaré que me gusta mucho, desde hace muchos años. En mi biblioteca tengo varios libros sobre este arte, no sólo los que hacen referencia a Gaudí, máximo o más conocido representante del modernismo catalán. Hay más, menos famosos, pero que representan muy bien este estilo como el arquitecto Sedeño que dejó así su huella en Alicante, sin ir más lejos, mi ciudad natal.
Bien, hay una definición sobre esto de Juan Ramón Jiménez que me gusta mucho. Se la reproduzco, dice así: “el modernismo no sólo fue una tendencia literaria sino una tendencia general, porque lo que se llama modernismo no es cosa de escuela ni de forma, sino de actitud. Era el encuentro de nuevo con la belleza sepultada durante el siglo XIX por un tono general de poesía burguesa. Esto es el modernismo: un gran movimiento de entusiasmo y libertad hacia la belleza”. Ahí queda dicho, y un nuevo estilo de vida que así se representa.
