La tarde de ayer fue singular y caótica. En realidad, desde el mediodía. A partir de las 12:30 h, más o menos, nos quedamos sin luz en la oficina. Y sin internet. Y sin cobertura en los teléfonos móviles para hacer llamadas. Y sin faena. Era pronto para imaginar las causas. Pero por la tarde, ya no había duda de que estábamos ante una gran incertidumbre.
Una de las peores cosas de esa tarde era no tener información o no poder trabajar, ósea no poder hacer lo que hacemos de forma habitual. Cuánto eché de menos tener un transistor donde escuchar la radio para oír las noticias. Me acordé lo importante que fue en la noche del 23F. Y lo era ahora.
Con las líneas caídas, sin electricidad, sin conexión a internet, todas las conjeturas de lo que estaba pasando eran tan buenas como tan malas. Las especulaciones eran muchas. La rumorología funcionó mucho menos que en otras ocasiones porque no había medios para hacerlo. Aun así, algo manifestaban las redes sociales y whas upp. Todo apuntaba a un ciberataque y así se corrió la voz a media tarde supuestamente con filtraciones del CNI.
Me acordé de que en el teléfono móvil tengo acceso a las Ultimas Noticias de EL PAIS y el ABC. No me dejaba acceder a la noticia a través del enlace, pero el enunciado y el minimensaje de portada decían mucho. Conocimos el caos en carreteras, aeropuertos y ferrocarril, la dependencia de algunas CCAA solicitando al Gobierno de España amparo para mantener la seguridad de su Comunidad, hospitales sin luz, … La Comunidad Autónoma de Madrid fue la primera en solicitar a Sánchez la declaración de emergencia de interés nacional y desplegar el ejército en la calle para evitar el pillaje. Las CCAA de Madrid, Andalucía, Extremadura y Murcia solicitaron al Gobierno Central asumir la gestión de esta crisis mientras se restablecía el servicio. Supimos del caos generalizado.
Pero pasaban las horas sin poder conectar con la TV para escuchar noticias oficiales como las del presidente del Gobierno para dar explicaciones. Ya sabe que una imagen vale más que mil palabras y los gestos dicen muchas cosas además de lo manifestado. Hace tiempo dijo que esto no podía pasar nunca en España y ha pasado.
Y pasaban las horas sin luz y sin internet. Me refugié en la lectura, en papel y sin necesidad de estar conectado. Lo primero que hice al coger el libro fue olerlo, me gusta hacerlo. Huele a papel, a imprenta y a toda la imaginación que hay dentro. El libro elegido fue la novela “Los secretos del olvido” del escritor y periodista alicantino Joaquín Hernández. Me dejé llevar por la trama, mirando de reojo – no se lo negaré – al teléfono móvil por si había alguna noticia oficial. Con la novela las horas pasaban deprisa haciendo más agradable la espera. Al mismo tiempo, algunos amigos me dijeron por whas upp (cuando este funcionaba) que estaban leyendo o releyendo mi libro «Personajes y Personajillos en Alicante». Un detalle que recurrieran a uno de mis libros en momentos de incertidumbre porque les relaja mientras leen mis relatos.
Pasó la tarde y llegó la noche. Volver a la normalidad se estaba alargando demasiado. Sabíamos por whas upp quien y qué poblaciones, y barrios de Alicante, empezaban a recuperar la luz. Y el agua, que también nos la habían cortado.
Ya acostados en la cama a una hora demasiado temprana de lo habitual vimos que, en la casa de enfrente, al otro lado de la avenida, se habían encendido las luces de los salones, de las cocinas, de las oficinas de los entresuelos que se habían dejado encendidas antes del apagón, … Eran alrededor de las 22:30 h. Por fin.
Pusimos la tele en busca de noticias. Poco después empezaba El Hormiguero de antena 3. Iba a ser un monográfico sobre el apagón después de recibir a Juan y medio como invitado del día. Este dijo que esta situación le había hecho pensar que todos habíamos regresado a nuestros orígenes rurales de antaño donde todo era más sencillo. Durante el programa Pablo Motos se preguntaba qué había pasado y manifestó que estaban pendientes de una conexión con Informativos de antena 3, y estos con la Moncloa, para una declaración institucional del presidente del Gobierno.
En su primera comparecencia del día sobre este asunto no lo vimos ni escuchamos porque estábamos incomunicados. En la segunda, a las 22:55 h, mucho después, ya conectados, dijo algo inquietante, aún no sabía las causas de lo que había pasado y que no se descartaba ninguna hipótesis. Seguimos con la incertidumbre. Sí dijo que sobre las 12:30 h de ayer desaparecieron súbitamente del sistema durante 15 segundos 15 gigavatios (WG) de generación que supone el 60% de la demanda de luz del país. Pero no dijo que lo había ocasionado. Sí habló que estaba restablecido el transporte rodado en las principales ciudades, carreteras, puertos y aeropuertos, y estaba en camino de resolver totalmente las retenciones en la red ferroviaria. Y que sólo el 48% de las poblaciones en España habían restablecido la electricidad. Aún podíamos pensar que éramos unos privilegiados quienes ya la teníamos …
Pues a esperar y a seguir preguntándonos cuál es el motivo de lo sucedido. Nos da tiempo para valorar lo vulnerables y dependientes que somos de lo eléctrico e internet que habrá que hacerse mirar y buscar la manera que no sea para tanto.