Desde hace un tiempo en España existe la posibilidad de escoger sobró como y cuando morir, la eutanasia es legal. En este artículo no profundizaré sobre los mecanismos para llegar a ese punto. Ni propongo un debate sobre la eutanasia.
Parto de la base de la libertad absoluta donde cada persona decide que es una vida digna para ella. Por eso tras un diálogo con una persona descubrí un aspecto no tenido en cuenta. Cómo se llega al convencimiento de morir, de buscar la eutanasia.
Creo, es decir, es mi teoría, que nadie desea morir de la noche a la mañana, por ello cabe que exista un proceso donde la muerte sea más deseada que seguir vivo, aunque tengan momentos felices, estén cuidados y sean queridos, porque no es una vida digna.
Hay más sufrimiento que alegrías, el dolor lo devora todo. Impidiendo sentir satisfacción. Un dolor físico y psíquico e incluso espiritual.
Así se comienza a gritar el querer morir, en momentos puntuales, pero esto abre la puerta a una toma de conciencia sobre su situación vital.
Esa toma de conciencia fuerza a confesar si es vida digna o una situación insostenible para la persona. Si cabe posibilidad de cambiar las circunstancias, y lo más importante, si se proyectan al futuro en las misma situación, si realmente desean vivir así.
Una vez valorado toman una decisión, quizá más intelectual que emotiva, pero influenciada por el sufrimiento.
Mi sensación es que no quieren matarse, sino que no desean vivir con ese sufrimiento, y cuando no hay nada para evitarlo, la muerte es una solución.
Y aquí el sufrimiento no es únicamente físico, sino que también psíquico, pues no sienten que su vida sea la que desean, porque no existe solución y nada les llenan, y mucho menos quieren vivir resignados. No hay control sobre su existencia, no hay sentido que motive, puesto que el entorno arquitectónico está contra ellos, socialmente seguimos en una mal entendida compasión, se teme a la muerte, se antepone lo personal a sus necesidades y decisiones, y no respetamos la libertad aunque nadie sepa que es la vida. Comparamos sin entender, que cada vida es un mundo. Buscamos héroes, e ignoramos a lo humano.
Junto al dolor de una enfermedad incurable, que les deteriora físicamente y/o mental, aquella decisión intelectual se transforma en una decisión plena, lo emotivo e intelectual se sincroniza, el apego a la vida quiebra, y morir puede ser visto como liberación.
Ahí toman el paso de solicitar la eutanasia, sabiendo que otras personas decidirán si cumple unos requisitos, y pueden denegar, sufriendo más, aunque con el tiempo vuelvan a solicitarlo. O pueden considerar que si cumple los requisitos.
Ante esta decisión la voluntad de decidir cuándo y dónde le corresponde a ellos.
E intuyo que vivirán otro proceso, porque ahora no es una idealización, es una realidad, pueden morir cuando quieran.
En definitiva siempre pensé que morir no es fácil, y mis conversaciones con quién desea morir me lo confirma. Observo que no es frivolidad, y si una de las decisiones más meditada, que un ser humano toma.