Una sociedad sujeta con imperdibles

No hay nada más denigrante que tener que soportar con estoicismo a los que sin ningún miramiento intentan abusar de nosotros de manera grosera, chabacana y humillante, siendo conscientes de ello.

Sólo tenemos que fijarnos en los que más protestan, patalean, reivindican, exigen, se manifiestan y vociferan, exigiendo todo tipo de utopías a sus utópicos gobernantes, siendo todos cómplices de sí mismos.

Pero esa es su manera de vivir de espaldas a la realidad.

No hay nada como prestar atención a los que toman las calles por mandato e incendian, saquean y destruyen, exigiendo todo lo que les venga en ganas y luego, los suyos, sus líderes, una vez en el gobierno, en compensación a sus algaradas les brean a impuestos a través del gas, el diésel, la electricidad, sucesiones, patrimonio, IVA, IBI, IRPF, matriculaciones, planes de pensiones, seguros de hogar, plásticos, telefonía móvil, bebidas azucaradas, plásticos, tasas… y encima babean de gusto porque los suyos son los suyos.

Hay que bajar mucho el nivel para entender a estas gentes que dicen una cosa, piensan lo contrario y hacen lo contrario de lo que dicen y piensan. ¡Una maravilla!

Son los satisfechos, los hartos, los que se muestran eufóricos por servir a sus amos y a sus endiosados ídolos, se muestran encantados y obnubilados, mientras sus dirigentes abusan de ellos impunemente porque se saben idolatrados por la plebe. Al final, estos vividores pierden el contacto con el suelo por donde discurre el pueblo y levitan como deidades de gomaespuma.

Es mostrar complacencia mientras son abusados. No sé si a eso se le puede llamar sadomasoquismo.

Han pasado más de 2000 años y el trigo sigue en manos de los césares y la ideología se le sirve caliente a los agradecidos, dóciles, serviles y obedientes lacayos.

Lacayos que corren como pollos descabezados al encuentro de sus gerifaltes, que harán con ellos una buena pepitoria una vez los hayan desplumados.

Hace unos días, estando en animada tertulia con unos amigos en la que la ideología de cada cual no impedía nuestra magnifica relación de amistad, en un momento del vivificante debate le pregunté a mi amigo Juan, cual era ahora su credo político despues de haber desaparecido Albert Rivera, su ídolo… Al no recibir respuesta, le formulé la misma pregunta a Paco, amigo de hace muchos años, quien era su héroe ahora, después de haberle sido fiel a Mariano hasta las últimas consecuencias, obteniendo el mismo silencio. Luego le trasladé idéntica pregunta a Vicente sobre la desaparición de Iglesias como su director espiritual, y nada, tampoco… No sabía… Al llegar a mi amigo del PSOE me dijo: A mí no me preguntes, yo me debo al que esté en este momento.

Enseguida me di cuenta que mis amigos habían depositado toda su ideología en hombres y mujeres de paja y estaban a la deriva.

Y es que no puede ser verdad lo que está pasando, esto tiene que ser una película de ciencia ficción, un film de terror. Es la sociedad bajo mínimos sujetada con imperdibles

Enrique García-Moreno Amador

Presidente del Ateneo de Ocaña

Escritor y amante de Ocaña y su historia

Tags: El Atril de Enrique García-Moreno

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Enrique García-Moreno Amador

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